lunes, 16 de junio de 2008

Sin Título


No me escuchó, al parecer todo se le olvidó...
Me negó, me dijo que no era príncipe, dudó.
No supe que decir, porque sus ojos me miraban,
Me decían que lo que de la boca salía era cierto, sonó cierto.
Sonó como la primera vez que me dijo "te amo", así de cierto.
Y luego no, y luego si, y luego ¿por qué?
Y así, esta vez no cambió de opinión.
Esta vez se ponía punto final, y dolía.
Nos dolía a ambos, y el perdón no fue tan fuerte como el dolor.
Esta vez el tercio de corazón que le pertenecía se apretó.
Sucumbió a su voz, a sus labios hablándome.
A su abrazo de sábado dominical, a sus palabras llenas de intención.
Justo cuando más ganas tenía de abrazarla y perdonarme.
Esta bién, guardaré silencio.

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