Darfur, sur de Sudán. Marzo de 1993.
Fotógrafo sudafricano Kevin Carter.
Me desperté un día claro¿Colores?,
no es a lo que estoy acostumbrado,
Mire por la ventana y vi la ciudad.
Camine por la calle y todos descalzos,
No había cielos grises ni autos roñosos.
Un niño se acercó y me invitó a jugar,
Mientras un anciano con su guitarra reía...
Crucé la calle y una mujer me abrazó,
Dijo sin vergüenza: "así habla el corazón".
Aún me sentía extranjero, nada de esto era común,
¿Cómo hay gente que tiene esa luz?
El verde rodeaba las plazas
Y no las ropas de quien lucha,
De pronto pregunté: "¿Terminó la guerra?"
"¿A qué te refieres?" -dijo un hombre de rostro familiar-
"Aquí jamás a sucedido alguna, ¡solo el sol hace alumbrar!"
Ya tranquilo, mis manos saludaban...
"Es algo de otro mundo", pensé en un segundo.
Aun quería caminar, daban ganas de no llorar.
Un muro lleno de voces que armonizaban el ambiente,
El anciano de la guitarra me miro y dijo sonriente:
"No tengo cuerdas, pero a quien le importa...
Supongo que es mejor que oír explotar una bomba".
Acá no había penas, la ciudad flotaba sobre la luna llena.
Ya oscurecía y la noche era bienvenida,
A esa hora todos bailaban y se sentaban a la mesa...
No fue necesario dar las gracias, vivían en infancia.
Oyendo al anciano alegre, poco a poco fui cerrando los ojos,
Pensando en que nunca mis manos se teñirían de rojo.
Aquella ciudad no sabía de maldad,
Yo quiero alojar en esa ciudad.
Y aquella ciudad sonreía al hablar,
Yo quiero hablar en esa ciudad.