lunes, 23 de julio de 2007

Algo parecido a la música

Lleno de colores que caminaban por el techo... El muchacho alegre, confuso y eufórico no miraba de frente... Quizás aquella musa no debió estar jamás pisando el suelo resistente, quizás esa musa tenía algo más que dibujarle al aire... mucho más. ¡Estrellas!. Estrellas dobladas en aquel espejo negro, negro mirado desde abajo. Desde arriba, brillaba un arco iris transparente. Sus ojos casi en estado de hipotermia chocaban constantemente, sonando de fondo ciertos seres giraban de forma subliminal, siendo cómplices de ese enredo en rodaje.

viernes, 6 de julio de 2007

¡Reacciona!

Darfur, sur de Sudán. Marzo de 1993.
Fotógrafo sudafricano Kevin Carter.


Me desperté un día claro¿Colores?,
no es a lo que estoy acostumbrado,
Mire por la ventana y vi la ciudad.
Camine por la calle y todos descalzos,
No había cielos grises ni autos roñosos.
Un niño se acercó y me invitó a jugar,
Mientras un anciano con su guitarra reía...
Crucé la calle y una mujer me abrazó,
Dijo sin vergüenza: "así habla el corazón".
Aún me sentía extranjero, nada de esto era común,
¿Cómo hay gente que tiene esa luz?
El verde rodeaba las plazas
Y no las ropas de quien lucha,
De pronto pregunté: "¿Terminó la guerra?"
"¿A qué te refieres?" -dijo un hombre de rostro familiar-
"Aquí jamás a sucedido alguna, ¡solo el sol hace alumbrar!"
Ya tranquilo, mis manos saludaban...
"Es algo de otro mundo", pensé en un segundo.
Aun quería caminar, daban ganas de no llorar.
Un muro lleno de voces que armonizaban el ambiente,
El anciano de la guitarra me miro y dijo sonriente:
"No tengo cuerdas, pero a quien le importa...
Supongo que es mejor que oír explotar una bomba".
Acá no había penas, la ciudad flotaba sobre la luna llena.
Ya oscurecía y la noche era bienvenida,
A esa hora todos bailaban y se sentaban a la mesa...
No fue necesario dar las gracias, vivían en infancia.
Oyendo al anciano alegre, poco a poco fui cerrando los ojos,
Pensando en que nunca mis manos se teñirían de rojo.
Aquella ciudad no sabía de maldad,
Yo quiero alojar en esa ciudad.
Y aquella ciudad sonreía al hablar,
Yo quiero hablar en esa ciudad.

jueves, 5 de julio de 2007

Vagón

Impersonal. Casi aplastándote los ojos, mirando de cerca a alguien que jamás habías visto y que precisamente en ese lugar va pegado a ti, no por culpa tuya ni la culpa de aquel, tan solo fue lo que te ofrecieron. ¿Qué harás? ¿Buscar distintas alternativas?¿Quedarte encerrado en el baño?. Algo que ayude a soportar largas filas oblicuas, trayectos de 100 años, esperas colectivas, discusiones y manoseos (provocados y accidentales). Aquí el ciego canta, el niño se sorprende, el poeta se inspira, los optimistas se ahogan, la humanidad resalta aún más sus defectos, y la cuidad amaneciendo se prepara para comenzar lo que ya es costumbre: ver a la masa caminando cuesta arriba.

lunes, 2 de julio de 2007

¿El fin de qué?

Hubiese deseado que este lunes hubiera sido eso, un lunes. Me parece macabro ver llegar la noche de un dia previo al inicio de la actividad cotidiana de cada semana, no se si es el frío, el sonido de la música de los noticieros o el aroma a ropa planchada, lo que produce esta depresión traumática del último dia... Más aún es gracias a aquel estado depresivo que las noticias negativas, son percibidas con mucha mas energía que cualquier otro dia. Tenía que ser justo el dia de hoy el elegido, como indicando que la semana se acaba, ordenándote a que dejes atrás todo lo que has inentado vivir, todo lo que has pensado hacer, y todo lo que no querías que pasara, el fin de algo, el fin de todo, y el comienzo de lo que nuevamente se volvera a acabar.